Segunda vuelta a la manzana con una quemadura en los labios de la hostia por apurar la última calada del cigarro, el paso rápido pero en zigzag, más pinchazos en la cabeza que enhebrando una aguja. La lluvia me moja primero la nariz y deja lo de después para el final, resaltan las humedades verde mierda del edificio de al lado. Se eleva el olor a asfalto mojado, de pis. Gatos de coche en coche y yo como tonta, de gato en gato. Ya subo, estoy al lado.
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