Tras tanto cruce de miradas me sentiría extraña presentándome. Aún siendo yo un punto insignificante a tu ver, hoy he sentido como tu luz me acogía tornándose suave, cálida y acogedora. Después de hablar contigo, mi suspiro ha confirmado que me tienes prendida. Admiro tu belleza, tu elegancia y tu pureza jodidamente blanca. Algún día me gustaría bañarme con mi cuerpo desnudo en todos los mares y arrasar a continuación con las mareas. Tener esa luz en los ojos capaz de transformar y atenuar. Que mi ser oscuro cubra mil paisajes. Qué sé yo. Me hace feliz ver como te escondes independiente a todo (a todos) y sentirte aún tras de mi. Y tu soledad, y tu calma, y que permitas que el sol te desnude a fases dejándote ver.
A tu vera fluyo sumergida en la libertad que me transmite mirar hacia esa oscura profundidad y entregarme a ti, sabiendo que jamás dejarás de ser compañera, consuelo, hogar y perdición.
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